Crear el nombre de una nueva marca es un proceso que requiere tiempo, reflexión, creatividad y bastante trabajo. Un buen naming, debe ser original, creativo, conciso, simple, fácil de recordar y fundamentalmente, debe responder a una estrategia de branding a largo plazo.
Podéis encontrar múltiples ejemplos de posts interesantes relacionados con este tema, que tratan de forma muy específica los procesos de creación de un naming. Por ejemplo: “Naming: El secreto del branding” de Branzai o “Cómo crear un buen naming” de Aplica. En este post de burutü, vamos a citar cinco consejos básicos y útiles para crear un buen naming, basados en nuestra experiencia en diversos proyectos:
1. Plantea unos objetivos mínimos:
El nombre debe responder a una estrategia global de branding. Como mínimo, tienes que tener claro para qué quieres crear esa nuevo nombre de marca, cuál es el público potencial al que se dirige y que valores o atributos debe respirar la marca.
2. Estudia la categoría, la competencia y el sector.
Lógicamente, muchas marcas han realizado de forma previa una profunda investigación de mercado. No obstante, en diversos casos con los que nos hemos topado se crean nuevas marcas sin dedicar el tiempo necesario a estudiar cómo comunica la competencia.
Para nosotros resulta fundamental.
Por lo que es necesario conocer bien las marcas de la categoría, del sector y de sectores similares. Recopila información y aprovecha para ver cómo plantean su estrategia de comunicación partiendo desde el naming inicial.
3. Selecciona diversas técnicas para la creatividad y fuentes de origen.
En función de los modelos de construcción de naming que escojas: abstracto, evocativo, sugerente, geográfico, sentimental o personal,… Realiza varios planteamientos hasta tener un listado aproximado de 50-100 nombres.
Existen diversos ejercicios: brainstorming, análisis en profundidad… que nos ayudan a llegar a una amplia lista de nombres. Pero, lo principal es que respondan a una lógica definida.
También deberás ajustar las propuestas teniendo en cuenta los diversos idiomas del público receptor al que se dirija ese naming.
4. Realiza un exhaustivo filtrado hasta reducir el listado de nombres candidatos.
Empieza por agrupar todos los nombres en función de mapas visuales. Para esta labor resultan bastante agradecidos todos los soportes que te permitan clasificar y ordenar tu trabajo previo: pizarras, post-its de colores, mapas visuales, etc.
Una vez consigas tener todos los nombres agrupados, comienza a seleccionar aquellos que tengan buena sonoridad y sean fáciles de pronunciar y recordar por el público potencial. Es importante que aporten una línea de diferenciación y originalidad, sean simples y atractivos y sobre todo, que respondan a la estrategia planteada en un inicio.
Lo lógico es que tras este proceso tengas unos 10-15 nombres sobre la mesa. Es el momento de escoger poco a poco y estudiar más a fondo las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.
Por supuesto, resulta imprescindible comprobar en el localizador de la Oficna de Patentes y Marcas, así como entrar en diversos buscadores e intentar encontrar y descartar nombres similares. Es un proceso costoso, lento y exigente, pero conviene realizarlo con tranquilidad para evitar problemas posteriores.
5. Trabaja el encuadre o contexto de los naming seleccionados y valóralos uno por uno de forma cualitativa.
Cuando llegues a tener de 3 a 5 elegidos, es el momento de valorar las características de cada uno de ellos. Para ello, pueden hacerse diversos ejercicios: como testear los naming elegidos con otras personas de la agencia ajenas al proyecto o personas conocidas o sustituir los nombres por marcas de otro sector para estudiar sus posibles debilidades y fortalezas genéricas.
Así mismo, es necesario realizar un ejercicio de desarrollo de posicionamiento de marca y cruzarlo con los nombres escogidos, valorando su adecuación en el relato, la personalidad, la coherencia y cómo no, la esencia de la marca.
6. Selección definitiva: intenta ser lo más objetivo posible (aunque es complicado)
Tanto para una agencia que debe presentar su planteamiento al cliente final, como para una persona emprendedora que piensa en crear su propia marca, el momento decisivo es la elección final del nombre.
En muchos casos, al realizar el proceso de construcción de un nuevo naming, se “coge cariño” por llamarlo de alguna manera, a una opción determinada, y esto hace que en la presentación final se tienda hacia un lado.
Conviene presentar las opciones seleccionadas de forma aséptica y sencilla, en función de factores objetivos y concretos, exponiendo las ventajas y desventajas de cada opción. Y tener en cuenta que no existe el nombre perfecto.
Una vez seleccionado el naming final, y puesto en marcha el proceso de desarrollo de identidad gráfica corporativa, debe realizarse el proceso de registro legal definitivo.
Nuestra experiencia en proyectos de este tipo ha pasado por la creación de nuevas marcas, reflexiones de branding, estudio y análisis de arquitecturas de marca, y naming para productos o servicios concretos. Es un campo concreto en el que muchas personas creen que simplemente consiste en buscar un nombre al azar o juntar un número determinado de letras. Como veis, nada más alejado de la realidad. Así que si os toca realizar algún proyecto de naming, mezclar profesionalidad con calma, paciencia, creatividad y voluntad para lograr llevar a buen puerto el proyecto y sentar las bases de una buena construcción de marca.