El avance tecnológico y los nuevos canales de difusión están formando una nueva sociedad, que ya no se conforma con un anuncio genérico, sino que demandan acciones personalizadas en las que poder verse reflejados.
Del mismo modo, las empresas buscan expresar su identidad mediante formas más flexibles, dinámicas y que puedan variar según el contenido y el medio.
Cada vez son más las marcas que dejan atrás el estático e inamovible logotipo para dejar paso a nuevas gráficas más ricas en expresión visual, cuyo dinamismo y movimiento es capaz de ajustarse a cualquier necesidad.
Zygmun Bauman, sociólogo y filósofo polaco, escribió en el año 2000 un libro llamado “Modernidad líquida” en el cual acuñó este término como explicación del actual momento de la historia: “Hoy la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro”.
Desde Burutü hemos hecho una selección de algunos ejemplos recientes de aquellas marcas que han desarrollado este sistema vivo que se transforma según cada momento.
Porto
La creación de esta marca turismo mediante un desarrollo de múltiples iconos inspirados en los azulejos portuenses, permite adaptar la identidad visual de Porto según las diferentes zonas de la ciudad que se quieran representar.
Melbourne
En este caso fue Landor quien diseñó la nueva imagen de Melbourne. Una oportunidad para plasmar el carácter progresivo y visión de futuro de esta ciudad.
Aol
La empresa de servicios de Internet Aol, acudió a Wolf Onlines con la premisa de convertirse en una compañía de medios para el SXXI. Así nació la nueva identidad gráfica compuesta por un logotipo simple acompañado de una imagen en cambio constante.
Casa da música de Oporto
A partir de figuras sencillas, Sagmeister & Walsh han creado una identidad visual compuesta por siete vistas distintas del edificio Casa da música.
